Comer alimentos saludables para el hígado puede ayudar a disminuir el daño causado por una enfermedad hepática.
El hígado es importante para ayudar a tu cuerpo a eliminar toxinas. Puedes pensar en tu hígado como un sistema de filtrado que ayuda a eliminar los subproductos nocivos y al mismo tiempo ayuda a tu cuerpo a retener los nutrientes de los alimentos que consumes.
Sin embargo, cuando se trata de la salud del hígado, no todos los alimentos cumplen la misma función. Esto es especialmente cierto si tienes una afección como cirrosis o hepatitis C, que pueden dificultar que tu hígado filtre los alimentos y los nutrientes como debería.
Comer alimentos saludables para el hígado como los que mostramos a continuación puede ayudar a disminuir el daño causado por una enfermedad hepática.
1. Aguacates
Los aguacates son básicos en muchas cocinas. Técnicamente, son parte de la familia de las bayas y ofrecen muchos beneficios para la salud, incluyendo una mejor salud del hígado.
Un estudio de 2015 analizó el papel de ciertos alimentos en personas con enfermedad de hígado graso no alcohólico. Los investigadores encontraron que el consumo moderado de aguacates como parte de una dieta equilibrada se asocia con la pérdida de peso y la mejora general de las pruebas de función hepática.
Las personas que comen aguacates también tienen más probabilidades de tener un índice de masa corporal (IMC) más bajo y una menor circunferencia de cintura. También tienen niveles más altos de colesterol HDL (bueno). Se cree que algunos de estos efectos están relacionados con el alto contenido de fibra, aceite saludable y contenido de agua de los aguacates.
2. Café
Tu taza de café diaria puede jugar un papel aún más crítico para tu salud de lo que creías.
Cuando se trata de la salud de tu hígado, algunos estudios sugieren que el café reduce el riesgo de cirrosis, cáncer y fibrosis en el hígado. En cantidades regulares y moderadas puede incluso ayudar a retrasar el curso de las enfermedades hepáticas existentes.
La clave de estos beneficios es beber café a diario y sin azúcar ni cremas grasas añadidas. En su lugar, intenta usar leche descremada o baja en grasa, leche de soja sin azúcar, leche de almendras, canela o cacao en polvo.
3. Pescados grasos
El pescado es una alternativa a las carnes no tan saludables como los cortes grasos de cerdo y ternera. El pescado también puede proporcionar algunos beneficios subyacentes para la salud del hígado, especialmente los tipos de pescado graso.
El pescado aceitoso o azul como el salmón puede ayudar a reducir la inflamación y la acumulación de grasa en el hígado, al mismo tiempo que promueve un IMC general más bajo, según una revisión de 2015. El pescado azul también tiene un alto contenido de ácidos grasos omega-3, que son buenos para la salud del corazón y el cerebro.
Los autores de este estudio encontraron que el pescado azul era beneficioso para reducir los lípidos en sangre cuando se consumía dos o más veces por semana. Si no puedes comer pescado, los suplementos de aceite de pescado pueden ser una opción, pero pregúntale a tu médico o a un dietista registrado.
4. Aceite de oliva
Al igual que los aguacates, se ha descubierto que el aceite de oliva ayuda a reducir la incidencia de enfermedades hepáticas y cardiovasculares cuando se consume durante un período prolongado.
Estudios han sugerido que el aceite de oliva puede ayudar a reducir las enzimas hepáticas que conducen a enfermedades del hígado. El consumo prolongado de aceite de oliva puede incluso disminuir los niveles de colesterol LDL (malo), así como los triglicéridos en la sangre.
El aceite de oliva es rico en calorías, por lo que el control de las porciones es fundamental. Puedes añadir aceite de oliva a las ensaladas en lugar de aderezos grasos, saltear verduras o asar tubérculos en el horno con una cucharadita de aceite. El aceite de oliva también puede hacer que tus comidas te llenen más y así consumas menos calorías.
5. Nueces
Cuando se consumen en pequeñas cantidades, las nueces, son refrigerios ricos en nutrientes y en grasas saludables. Además de mejorar la salud cardiovascular, los frutos secos también pueden ayudar a reducir la incidencia de enfermedades hepáticas.
De todos los tipos de nueces, el nogal se encuentra entre las más beneficiosas para reducir la enfermedad del hígado graso. Esto se debe a su mayor contenido de antioxidantes y ácidos grasos. Los nogales tienen la mayor cantidad de ácidos grasos omega-6 y omega-3, así como antioxidantes polifenólicos.
6. Carbohidratos complejos
Si bien no deseas que toda su dieta consista en carbohidratos, debes asegurarte de llevar una dieta balanceada que incluya carbohidratos, proteínas y grasas saludables.
Los carbohidratos complejos son mejores que los carbohidratos simples porque se metabolizan más lentamente y previenen grandes fluctuaciones en los niveles de insulina. La insulina es una hormona involucrada en el uso del azúcar y la fabricación de proteínas.
Los carbohidratos no refinados también tienen nutrientes esenciales como zinc, vitaminas B y niveles más altos de fibra, que son importantes para un hígado y un metabolismo saludables. La clave para asegurarte de seleccionar los tipos correctos de carbohidratos es fijarte que sean integrales.